Canciones de Bob Dylan que marcaron una época

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Canciones de Bob Dylan que marcaron una época

Eterno.

Bob Dylan, flamante Premio Nobel de Literatura 2016, lo ha ganado porque ha hecho lo que ningún literato al uso ha conseguido: que la poesía llegue a las masas, porque aparte de escribirla, la cantó. Aunque en el imaginario colectivo los dos discos canónicos de Dylan sea Blonde on Blonde y el inmortal Highway 61 Revisited, hay Dylan mucho más allá de ellos. Ahí vamos con algunas canciones suyas que marcaron una época y cambiaron la música para siempre. No es un ranking de las mejores, porque sería imposible unanimidad incluso con uno mismo. Tampoco están todas las que son, pero sí son todas las que están.

Like a Rolling Stone

Like a Rolling Stone es una canción llena de rabia, de ira, de reproche (ese How does it feel que sale del corazón) contra una mujer que simboliza a quien se ve expulsado de la vida fácil y cómoda. De la burguesía que en su momento no tenía empatía con quienes ahora le acompañan en su nuevo estrato. “Sólo pretendo sacarles de quicio”, dijo Dylan una vez sobre esta pieza.

Además de su significado, es una canción llena de experimenación: dura más de seis minutos (casi intrascendente en la era de Spotify, una provocación en la era de los LP y las radios) e introduce sonidos que, como todo el disco, viran del folk originario de Dylan hacia el rock eléctrico.

Este giro musical también forma parte de las interpretaciones del significado de la letra, el abandono a un estilo característico por parte del propio Dylan. El título, por cierto, no tiene relación con los Rolling Stones como se suele creer (apenas llevaban tres años en activo cuando Dylan escribió la canción, en 1965), y más bien hace referencia a la traducción del inglés que puede ser “vagabundo” o “trotamundos”, que encaja mucho mejor en la letra.

Blowing in the Wind

Escrita en 1963, Blowing in the Wind es una lista de preguntas sobre los misterios de la vida que están todavía sin resolver para un joven como lo era Dylan en aquel momento, prácticamente un adolescente tardío. Y que quizás jamás lleguen a responderse. Anterior a Highway 61 Revisited, mantiene el estilo folk que le catapultó.

Pese a su fama, no fue una producción demasiado compleja, lo único que requirió fue talento para precisamente hacerla sencilla. Sencilla en su letra, en su música, en su armonía. La sencillez de un genio de veintiún años, en menos de tres minutos.

Mr. Tambourine Man

Más metáforas, más enigma, y una intrahistoria: la de cómo The Byrds supieron subirse a lomos de la creatividad de Dylan para hacer suya esta canción, y de paso, de la creación del folk-rock. Y por supuesto, a Dylan le gustó. Cuando esta canción terminó de salir a la luz, a Dylan le pilló escribiendo Like a Rolling Stone. Acababa de cumplir 24 años.

Knockin’ on Heaven’s Door

Hoy puede parecer mentira que una canción tan buena fuese concebida como parte de la banda sonora de una película, Pat Garrett & Billy The Kid. Pero lo fue. El significado de su letra, el del colapso de Pat Garrett, un sheriff que muere por un balazo, y por el camino va hablando a su madre. Su música, brillante simplicidad al máximo exponente.

La canción acabó siendo versionada por, entre otros, Bon Jovi, Lana del Rey, Eric Clapton o Guns ’n Roses, siendo estos últimos quienes más lograron popularizarla con su interpretación de casi seis minutos, más del doble de la original. Precisamente lo que más se echa de menos al escucharla con la voz de Dylan: que no dure más. De hecho, que no se acabe nunca.

Simple Twist of Fate

Al contrario que en Like a Rolling Stone, Dylan huye de las metáforas en Simple Twist of Fate, de Blood on the Tracks. Aquí se desnuda emocionalmente para recordar el peor amor fallido, el más intenso, el que más duele. Dolor que acaba contagiándonos. No recomendable escucharla tras un proceso de ruptura, de quiebra emocional.



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